Mucho se debate en el sector, en relación a la legitimidad del tatuador/a que decide desarrollar su actividad al margen de la ley.
Si bien, quien más y quien menos, ha tatuado en alguna ocasión a sus amigos y familiares antes de "presentarse en sociedad" y cobrar por su trabajo, son cada vez más, las personas que deciden desarrollar su actividad de forma totalmente irregular, al margen de la legalidad y de las normativas vigentes.
Para justificar esta actitud y forma de trabajar, alegan todo tipo de excusas, las cuales, sólo se fundamentan en dos pilares. El primero, hablar desde la ignorancia. El segundo, tener la cara muy dura. En cualquier caso, todas ellas se reducen a lo mismo, dinero. A continuación y de manera gráfica, vamos a desmontar esas excusas.
Como podemos ver en la siguiente imagen, un tatuador/a establecido/a legalmente, asume un coste mensual de partida de -3.401,63 €, mientras que el/la delincuente, si no trabaja, no pierde nada que no sea su tiempo.
En la siguiente simulación, podemos ver cual es la cifra de facturación que debe alcanzar un/a tatuador/a legal, únicamente para poder cubrir los costes. Mientras que un/a tatuador/a legal, necesita llegar a facturar 3.853,50 € mensuales, tan sólo para cubrir los gastos, el/la delincuente, ya se está llevando 3.583,75 €.
¿Y qué tiene que hacer un/a tatuador/a legal para llegar a ganar 1.500,00 € mensuales? Pues tiene que llegar a facturar la cantidad de 6.907,08 €, mientras que al/la delincuente, le es suficiente con alcanzar una facturación de 1.613,33 € para obtener el mismo beneficio. El/La tatuador/a legal recauda el 21,75% del importe que factura, mientras el/la delincuente, recauda el 93,00%.
¿Entonces, que lectura le podemos dar a esto?
El/La delincuente te roba a ti y al estado, el 71,25% de lo que le estás pagando.
Si se tratase de alguien que trabaja al margen de la ley porque está en contra del sistema y no quiere contribuir con el estado, ¿por qué no te reduce ese importe del precio que te está cobrando? Eso se traduciría en descontarte un 71,25%, con respecto al presupuesto que puedes obtener en un estudio legal. Por ejemplo:
EL ESTUDIO | LO QUE ROBA (71,25%) | EL/LA DELINCUENTE |
50,00 € | 35,63 € | 14,38 € |
100,00 € | 71,25 € | 28,75 € |
150,00 € | 106,88 € | 43,13 € |
200,00 € | 142,50 € | 57,50 € |
250,00 € | 178,13 € | 71,88 € |
300,00 € | 213,75 € | 86,25 € |
350,00 € | 249,38 € | 100,63 € |
400,00 € | 285,00 € | 115,00 € |
450,00 € | 320,63 € | 129,38 € |
500,00 € | 356,25 € | 143,75 € |
Si el/la delincuente te propone precios por encima de los que aparecen en la columna de la derecha, para presupuestos que en un estudio te cobrarían lo que aparece en la columna de la izquierda, te está robando a ti y a todo aquel servicio público del que disfrutas con el pago de tus impuestos. Lo peor de todo, es que tú lo estás permitiendo y, además, estás siendo cómplice.